En la actualidad, las normas estéticas son factores que determinan el desarrollo social humano. La atención a la estética comienza a una edad cada vez más joven y afecta a la mayoría de la sociedad, todos quieren sentirse bien y complacer a los demás. Este enfoque en encontrar la sonrisa perfecta lleva a los dentistas a desarrollar una formación especializada e individualizar el tratamiento de cada paciente para mejorar su confianza en sí mismo. La estética dental no se entiende como algo aislado, sino como un conjunto que incluye tanto los tejidos orales adyacentes como la morfología facial y craneal. sección dorada
Los antiguos griegos creían que la belleza existía en armonía con las proporciones de los elementos ordenados de un objeto, y que el todo estaba determinado por un orden matemático que llamaban el «número áureo» o proporción áurea.
Por ejemplo, en ortodoncia, el término proporción áurea se utilizó a principios del siglo XX para referirse a la proporción en la que se utiliza el número áureo phi en diversas mediciones cefalométricas y dentales. valoración estética general
Las proporciones de los dientes de la arcada dentaria e incluso las medidas dentro de un solo diente también siguen esta secuencia matemática y encuentran la belleza de una sonrisa en la simetría de nuestros lados izquierdo y derecho.
También encontramos el uso de la proporción áurea, la distancia medida entre la punta de la nariz y el mentón, conocida como dimensión vertical, que se pierde cuando se reabsorbe el maxilar superior o se caen los dientes (especialmente los molares). Asimismo, la superficie oclusal debe coincidir con la proporción áurea de la sonrisa del paciente para reconocer su estética personal.
En general, la estética dental sigue la proporción áurea, busca la armonía y el camuflaje con la naturaleza, procura que la sonrisa de nuestros ojos sea el foco del entorno facial y da a los pacientes autoestima y confianza en sí mismos.